martes, 18 de agosto de 2015

Rafael Reig escribe sobre Rafael Chirbes:

Por desgracia, nunca fui amigo de Rafael Chirbes, aunque coincidí con él en un viaje a México y me deslumbró. Perdimos una conexión y tuvimos que hacer noche en un hotel del aeropuerto. A la mañana siguiente, me despertó para decirme que en su habitación había una mancha de sangre. Montó una novela perfecta con aquella gota que no sé si sería de sangre o de esmalte de uñas. Al ir a desayunar, me dijo que fuéramos a la sala VIP. Le dije que yo tenía billete de turista y, de inmediato, me invitó a tomar en una cafetería unos huevos rancheros con tequila. Era un hombre generoso con su tiempo, con su prestigio, con su inteligencia. Conmigo perdió horas tomando tequila, contándome cosas, enseñándome, dándome consejos y hablando de todo, casi siempre en la compañía, inmejorable, de Valerie Miles.

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