domingo, 2 de agosto de 2015

«Soy hija, aparte de otras muchas privaciones, de la falta de educación formal y debo agradecer a mi instinto, y a mi curiosidad, el que, carente de un disciplinado y riguroso control educativo de mi cerebro de niña ávida de conocimientos, los libros, los maravillosos, inacabables, miles de libros que sabía desparramados por el mundo, historias y ventanas que me esperaban en alguna parte, me echaron una mano para sobrevivir con entusiasmo».
 
Maruja Torres, Diez veces siete. Una chica de barrio nunca se rinde, Barcelona, Planeta, 2014
 


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